OLVIDO
Cuando al despertar descubro
pedazos de tu voz sobre las sábanas
pienso que acaso no podré olvidarte
como quien lleva
la impresión permanente de sombras que tiemblan
contempladas por alguien que está postrado,
que se ha quedado sin pasos
en un día de mucho sol y mucho viento
o que siembra ojos en la ribera
para ver el replegar de las olas
con el mentón apoyado en las manos
al ras de la arena.
Te veo en cada luz y en cada sombra
en el fundido bronce del río en la crecida
en las nubes de fresa de la tarde
en la brisa de un verso en movimiento.
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