Siempre
SIEMPRE
En la inmensidad
de todos los abrazos
de todas las caricias
de todos los orgasmos,
estamos tú y yo.
Eterno mediodía
de hombros esculpidos
y ojos entrecerrados
ahogados de placer.
Ese instante,
que son todos,
somos nosotros
habitantes lúdicos
de todos los rincones.
Siempre.
¿Acaso importa
que juntos no tengamos
ya unos amaneceres,
ya unos ocasos?
Si vamos transitando
todos los febreros.
siempre.
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