La escalera de mármol macilento
separa a la verdad de la ilusión de la justicia
Todo aquí resulta tenso,
Pues nada pasará hasta que algo pase
y te explote en la cara.
Las calles que rodean al palacio
contemplan expectantes
la actividad matutina,
como de otra dimensión, de otro siglo.
Seres trajeados de circunstancia
atraviesan mi calle, la catorce.
Y yo no me detengo a pensar
qué esperanzas hay detrás de cada papel
de cada rostro justiciable.
Si el empleado impaciente
pasará ya mi escrito a confronte
o si el juez dirige todo desde algún balneario.
Hoy no estoy para eso,
ni para discurrir sobre ética.
Hoy simplemente recuerdo
la primera vez que atravesé ese mismo mármol
y los pasillos que me parecíeron
solemnes y misteriosos.
Y pienso en la escalera, esa que hoy tiene menos secretos,
que toma vida, resplandece de puro blanco
e imagina cómplice que otra vez voy de tu mano.
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GdR
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