Una Palmera

UNA PALMERA


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Tronco de mazorca quemado de azúcar,


despliega en abanico su brazo al añil.


No hay más colores que estos de estío


a la vera del Río de la Lata.


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Los pájaros que te alientan con sus trinos,


parecen no darse cuenta


de que algunas cosas te han abandonado.


¡Ay! si pudieras pedir la médula prestada


a ese junco mecido por las primeras olas,


en busca del grácil movimiento.


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GdR