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LiteralMente

Vieja estación de Tolosa

Vieja estación de Tolosa Se ve la vetusta garita del señalero o guardabarreras.

Esta parte de la ciudad está intacta. El viejo puente de hierro, centenario, lo ha visto todo. A mi bisabuelo asturiano, que puso un bar en la esquina. Eran tiempos de guapos y compadritos, dicen que Esteban García Zapico fue acusado por la ley, pues habría dado muerte a un parroquiano que la iba de taura. También se comenta que lo sacó un famoso abogado y de eso ya no se habló.


Años más tarde mi abuelo Pancho, su yerno, me llevaba a la calesita y a caminar por las parecitas del parque, que me parecían tan altas. Subir el puente era la aventura mayor.
Cuántas cosas me rondaban la cabeza mientras hoy bajaba la escalera oxidada con mi cámara a cuestas.

En esas mismas escaleras nos sentábamos con Pío en tardes como éstas a cantar canciones. Recién comenzaba a caminar y nos pasábamos las horas viendo llegar los trenes desde Constitución y desde La Plata. También observó el pequeño las maniobras de los maquinistas (funciona un taller cerca) y vió cómo había locomotoras que no arrastraban vagones sino a otras locomotoras (las bautizó locomotoras "guga", pues yo le explicaba que hacían como de grúas). Aprendió que hay trenes para parsonas y trenes que llevan cosas.
Hoy crucé sola, bueno, con Diter el perro. Prefirió quedarse en casa con un amigo.

Algunos enlaces tolosanos

Actualizo: puse otra foto. :)

11 comentarios

Candy Belen -

Es como viajar, teletransportación con la imaginacion

eMe -

Tu recuerdo, Pater, es conchetísimo. Podrías haber dicho en Hudson o Florencio Varela.
:)

eMe -

Qué hermoso recuerdo, Oz.
Cuéntanos ahora de tu viaje a París, fuiste con tu abuela, verdad?

Oz apunta -

¡Y lo ricas que son las judías de Tolosa!
¿Os he dicho que mi abuelo fue maquinista? Iba por ahí echando carbón a su locomotora y pitando por los pueblos. Paraba en la estación del Norte, o sea, cogía la ruta de Zaragoza - Huesca. Yo de chico una vez me dormí de pie en el tren, y con un pan debajo del brazo.

Paterna -

Me hizo acordar al puente de la estación Belgrano R que cruzaba yo cada vez que me iba de lo de mis abuelos.

eMe -

Los lugares y las cosas que guardan el secreto de nuestras voces pequeñas...

Bambolia -

Me encantan estas historias, de verdad. Cuando se leen, una se siente mucho más próxima al otro, más cercana. Las cosas sencillas, la mayoría de las veces, son las más hermosas -qué blandita me pongoooo-.

Me has recordado algo, eMe, de cuando era pequeña: mi madre trabajaba como telefonista y muchos domingos, cuando ella no estaba, mi padre aprovechaba para llevarnos a mi hermana y a mí al aeropuerto -Manises está a cuatro quilómetros dle pueblo en el que vivo-, a ver aterrizar y despegar a los aviones. Había una enorme terraza y los accesos, desde luego, no eran lo que son ahora: mucha menos sofisticación y mucha más proximidad. Mi padrino -su primo- de bautismo trabajaba de bombero y cuando podía, se unía a nosotros y nos daba explicaciones de cómo funcionaban las cosas.

No sé a quién le gustaba más esas visitas, si a mi padre o a mi hermana y a mí: conocíamos el ruido de los motores, y me sobre todo, me fascinaba ver cómo reverberaba la luz en las pistas de aterrizaje.

Noamanda -

Ohh, los trenes, los trene: sugieren caminos, sitios en algún lugar; llevarnos hasta donde quisiéramos llegar.
Siempre me gustaron los trenes; me crié frente a una vía de tren: tardes sentada en la tierra, hasta los 10 añitos o así, viendo pasar ventanitas de tren, e imaginando historias sobre caras q pasaban de largo.
Hoy estaba yo nostálgica hablando de mi ciudad y entré y empecé a leer más nostalgias sobre abuelos y demás.
Abrazo fuerte hasta hacerte pupa eMe, querida.

eMe -

Ah, quién sabe Tomás, y los trenes argentinos, ni te cuento.
Bambi y tú, Esstupenda, me habéis inspirado quizá...

Esstupenda -

Bonita la foto. Hoy vamos de nostalgias de abuelos. Besos

Tomás -

Qué tendrá ese espectáculo íntimo de ver pasar los trenes.

(Vaya, conozco un Zapico, de León).