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CUANDO EL AMOR SE MIRA EN EL ESPEJO

CUANDO EL AMOR SE MIRA EN EL ESPEJO


Son vagos los recuerdos
con los ojos al ras del agua
que refleja el pretérito perfecto
de un sauce que ha llovido
cuál es el cielo y cuál el río
cuando el amor se mira en el espejo.

SON LOS ANUNCIOS DE LLUVIA

Son los anuncios de lluvia
pisadas felinas sobre el techo de zinc
que acallan de una
el despertar de los pájaros
mas no tu risa
que amanece fresca en la memoria
y persiste como el compás medido de las gotas
sobre las baldosas de mi mente.
Sin embargo tu risa no me pertenece
acaso he soñado
como sueñan las flores
con el rocío de otoño
en un tórrido enero.

ALMA DE ATLETA


Se desarma el sol último en los árboles
y enciende hojas cerca del cielo
en el aire un cúmulo de adioses
de un año que se va
del amor que se apaga
como la flor tardía del jacarandá.
Y yo que también quiero despedirme
en el verano extendido de los tiempos
me uno en la carrera
de los que trazan caminos en el verde
con tesón de hormiga
y con alas de ángel.

EL MAR SOBRE EL MAR

Supe que rendir debía
mi corazón sin reservas
cuando encontré en tus ojos
el mar sobre el mar.

ATARDECER SOBRE EL RÍO


 

Es una espada de fuego
el último sol sobre el agua
desciende en azafrán sobre las olas
y cubre el malecón de miel
al despedirse.
Es el mismo sol que ahora
te besa la frente
y entre los sauces
se desliza en rocío de jade
como los rizos de tu nuca
entre los dedos
de otro diciembre.

CALOR

Todo tiene el mismo calor
un sopor indolente en la piel de agua calma
y en el vapor que rezuma la arena
se respira el mismo infierno
de flores desmayadas.
Imperan insectos
alados
rastreros
parásitos tras aires de artificio
y están los que esperan la indulgencia del río
la salvación de un inflable
una vez por semana.
La estación del pobre es el verano
mi abuelo sentenciaba
que poco supo
del poder en negligencia
que roba los sueños.

TODOS LOS VERANOS

En la tarde caliente
de piel abrasada por el viento
un soplo cambia la textura del agua
agostada en la arena
y el sol se hace moneda de níquel
tras la nube de tormenta.
Viene el frescor del recuerdo
con el primer aguacero
de otras tardes de diciembre
y otras brisas que mecen
tu pelo de jade.
Es este único instante
todos los veranos
en tus manos de ave.

TORMENTA

Algo tiene esta brisa
que no pregunta si puede recordarte
y te trae en el aire
de la última flor del tilo.
Me deja como el cielo
dividido de esta tarde
en la que un sol impío arde
entre alas negras de ángeles perdidos
Como lágrimas que se ocultan
llueve a destiempo
y en la confusión de polvo en el viento
desapareces
como las gotas que se estrellan
en el parabrisas.

DE CADA FLOR UN SALMO

Si todo fuera tan simple
como arreglar un hueso roto.
Porque cuando no puedes moverte
el mundo viene a vos
a los pies de la silla naranja
en la que reposas cuando huyes de todo.
Allí, a la orilla del río,
convergen los tiempos en retazos de agua
reflejo del cielo
entonces puedes anudar el músculo
y seguir andando
o coser el hueso con pedazos de río.
Pero cuando la fractura es del alma
no hay ribera
sólo un curso de agua ingente
que no deja volar a los pájaros
no hay tierra a la vista
ni lugar para hacer de cada flor un salmo.

ASÍ TAMBIÉN EN LA RIBERA

Así también en la ribera
se las arregla el viento para nombrarte
entre blancas mariposas tiesas en sus tallos
que cuando escuchan tu nombre
emprenden su vuelo de flor danzante
Y se empeña el sauce en imitar el verde de tus ojos
cuando se mira
en los pedazos de agua que va dejando el río
en retirada.
Entre nubes de vainilla, en el bronce de la arena
reconozco tu nombre también en la ribera.

TU HOLA EN LA VEREDA

 
Un hiato entre momentos
el letargo de engranajes
de relojes hechos lluvia
el encuentro de las tardes
que serán y las que fueron
es tu hola en la vereda.
Llenos tienes los bolsillos
de cristales suspendidos
y de mayos eternales
ladrón furtivo del tiempo
llevas fundido en los ojos
el verde del cobre impuro
del desencuentro.

PORQUE DUELE TU AMOR EN LOS NUDILLOS

Se me hace difícil soportar la luz
que baña de estaño la costa del río
la crecida ha vuelto al agua en carcelera
y sólo puedo mirar a la distancia
una hilera de barcos rumbo al puerto
desde una orilla de hierbas crecidas
sobre la arena mustia ahogada en verde
como gritos en la garganta que callan tu ida
y los años que se caen
al igual que las cosas de las manos
porque duele tu amor en los nudillos.

COMO A UNA LUCIÉRNAGA EN UN FRASCO

Como ese primer sol en las mañanas
o el último haz de lo dorado
cuando lo cenital del drama ya ha pasado
es el camino a tu mirada.
Es una foto a través del parabrisas
de un sendero amarillo que discurre
hacia la brizna de hierba de tus ojos
que quieren aunque no los quieran.
Manantial de luz en abundancia
en mi pasión quise encerrarte
como a una luciérnaga en un frasco
solo para mí.

OLVIDO


Cuando al despertar descubro
pedazos de tu voz sobre las sábanas
pienso que acaso no podré olvidarte
como quien lleva
la impresión permanente de sombras que tiemblan
contempladas por alguien que está postrado,
que se ha quedado sin pasos
en un día de mucho sol y mucho viento
o que siembra ojos en la ribera
para ver el replegar de las olas
con el mentón apoyado en las manos
al ras de la arena.
Te veo en cada luz y en cada sombra
en el fundido bronce del río en la crecida
en las nubes de fresa de la tarde
en la brisa de un verso en movimiento.

VERDE

VERDE

Cerrar los ojos y olvidar
es lo que he hago últimamente
como si nada hubiera pasado
sigo la sombra de justicia en los pasillos
de un palacio sin alma y sin jueces
y escucho las quejas de la gente
que piensa que todo se arregla con un juicio
que no quiere perder.
Rodearme de otros colores
como el ocre, llenar las horas de neutros,
elegir sobre la piel el dorado.
Pero cuando vuelvo al río
me encuentra el trébol sumergido en el agua
como un arrecife en la ribera
y los árboles con sus follajes brillantes
hacen olas en el cielo
mi espíritu se inquieta
cuando el verde me rodea
y aunque cierre los ojos
manchas de esmeralda conmueven mi mente
me acecha la mirada de la hierba
y una flor con sonrisa de abril me dice
"No lo olvidarás".

SALIR A BUSCARTE

SALIR A BUSCARTE


En mañanas como esta
en las que el cielo más gris arroja
pedazos de mica sobre el césped
y los que corren buscan senderos
en trampas de lodo y agua
quisiera tener la audacia
de esa ave que capea el viento
y salir a buscarte
como sale ahora el sol entre las nubes
para tocar la piel del tilo.

TUS OJOS SEMBRADOS

TUS OJOS SEMBRADOS


 
En mi jardín no hay flores
de regios magentas
de rojos suspiros o azules urgentes
pétalos violetas o luces de miel.
Mi jardín es de herbazales
henos y espesuras
de frescas pasturas
de ramas sin piel
y en medio de todo
reinando entre el junco
tus ojos sembrados
en cepas de Airén.

TUVE SED


Quise amarte
hurgando en el cristal de tu mirada
como si a través del horizonte
de una copa medio llena
pudiera atraparse todo el mar y todo el cielo
y quizá no deba culparme
por desear el vino urgente
de unas uvas de verano
tuve sed y ahí estabas
para mí.



SIEMPRE ACUDO A LA RIBERA

Siempre acudo a la ribera
a las olas que persisten
como los pensamientos
en la súbita crecida
de desamor que no espera.
Te busco atenta en el río
como un ave que arriesga
sazones y penas
en el bronce falaz de la arena.
Y encontré en esas aguas
la razón de resistir
a tus ojos sembrados
en el herbazal.

TÁCTICAS DE OLVIDO

Desde muy temprano
cuando los pájaros se enteran
que amanece
comienzo a renunciar a vos
y a cada voltereta del pensamiento
que me trae inconexa tu imagen de clown
no importa el motivo
o si estoy en mis cosas
sueles apersonarte despreocupado
sin aviso.
En especial cuando se conduce
en una ciudad como esta
en que reinan las protestas en la calle
y hay mucho tiempo para pensar
con confort a paso de hombre,
apareces inconsciente
de toda contingencia del tránsito
sólo para decir que estás presente
y que te quedarás si no actualizo
mis pobres tácticas de olvido.