Gracias, Señor, por este día
Gracias, Señor, por este día
feliz irrumpe en los cristales,
el tornaluz verdoso de la parra,
de redondos frutos manantiales.
Cuántos tus detalles, Señoría,
despeina brisa a la glicina
naranja enciendes en el patio
inquieta está la capuchina.
Interior de luces indecisas
traspone el jardín tu trazo orondo
alegría impones a mis horas,
decorando interior el batifondo
de claridad de sombras exultantes.
Locura lumínica del día,
atisbado albo de esperanza
el devenir precioso de la vida.
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