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Introducción a la rosca

Introducción a la rosca No es para cualquiera esto de rosquear, no. Todavía no consigo salir de mi asombro, dado que soy una aspirante a principiante, no alcanzo a percibir las magnitudes del fenómeno de la rosca.
Me inclinaría por afirmar que los asuntos de camarilla tienen sus profundidades... Y sus personajes, claro. Ejemplo de ello son los adláteres, de los cuales resulta impensable prescindir a la hora de llegar al contacto. Si el adlátere es tu amigo, grandes son las posibilidades de llegar a la fuente.
Pero ojo, debes manejarte con cuidado, suelen ser súbditos serviles fuertemente entrenados en las artes del pasillo. Sabe que su subsistencia depende de mantenerse pegadito al poder, ser del entorno por lo que cualquiera que se acerque es considerado un enemigo y la pelea es a muerte.
Lo aconsejable es demostrarle tu incapacidad para ser adlátere del Jefe, pero tu gran disposición para convertirte en sub-sub-subordinado, o al menos que se lo crea.
No puedo seguir ahora, Mr. Damian me aconseja que comience con los ejercicios de cintura.

3 comentarios

eMe -

Foucault corre paralela a la 9 de Julio.

Chow -

Me gustó "roscar" y "adlátere", las pongo junto al viejo "morder". Soy un outsider acá, tampoco lei Foucault.

Manuela la andaluza -

¿cómo se te ocurre poner bichas en el blog??
Por dios, qué mal rollito