El destino marcado
Comenzó por hacerse una fanática de la semántica de los signos zodiacales. En ese punto nuestra amistad empezaba a resquebrajarse. No había suceso, episodio o hasta frase que no tuviera una explicación astrológica. Entonces dejé de contarle cosas, me limitaba a escucharla y comprenderla. Tal vez la equivocada era yo y la vida era mucho más simple de lo que yo pensaba, sólo tenía que anticiparme y leer el horóscopo para tener una preparación adecuada. Con el tiempo, mi amiga se convirtió en una verdadera experta de la teoría de las estrellas fijas y las longitudes eclípticas, entonces nuestra amistad se terminó definitivamente.
No entendí nunca que tenía que ver todo eso con llevarse a mi marido.
De todos modos ese acontecimiento no figuraba en la carta natal que me regaló para mi cumpleaños.
3 comentarios
migel angel -
Manuela -
... Ten amigas para eso
Amanda -
Cómo iba a figurar.