Dejé a tu nombre esta tarde
Dejé a tu nombre esta tarde
junto al río de pestañas de junco
arqueadas por el viento
para ver cómo se lo lleva
el ave de panza amarilla
entre olas aturdidas
y un malecón de pies morenos
que no saben de arenas tibias
ni de medusas de sal
juré como lo hace el río
con lágrimas que salpican
que no volvería a esa orilla
de pájaros que ayunan
nombres de profetas.
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