Salmo 0
Salmo 0 (a mi Padre)
Amo la brisa que viene del río,
me remonta a los tiempos primitivos,
cuando no había animales marinos,
o reptiles arrastrándose libres,
ni jazmines de verano y de trinos.
El espíritu aleteaba en las aguas,
y no había nada, pero todo era,
y el hombre por venir era perfecto,
con albedrío libre, pero sin fortuna
su caída y salvación ya prefijadas,
por el Padre que todo lo previno.
Así dicen los exégetas antiguos,
tres personas que al fin devienen una,
haciendo en el mundo ingeniería,
de amor, de perdón y de justicia.
Esta brisa de oriente que me arropa
como el abrazo del padre, me reenvía
al siempre verde que cubre los senderos,
a la infancia primera, al amor pleno
que guía la insurrecta vida mía,
restaura en cada falta el derrotero,
en constante amor de padre sin medida.
0 comentarios