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LiteralMente

Stat rosa pristina nomine, nomina nuda tenemus

Evidentemente que además de las ya referenciadas preocupaciones literarias sobre el tema, debemos agregar otras no menos ilustres por cierto. Releyendo a Jorge Guillén, me encuentro con este hermoso poema, "Los nombres"

Albor. El horizonte
entreabre sus pestañas,
y empieza a ver. ¿Qué? Nombres.
Están sobre la pátina

de las cosas. La rosa
se llama todavía
hoy rosa, y la memoria
de su tránsito, prisa.

Prisa de vivir más.
A lo largo amor nos alce
esa pujanza agraz
del Instante, tan ágil

que en llegando a su meta
corre a imponer Después.
Alerta, alerta, alerta,
yo seré, yo seré.

¿Y las rosas? Pestañas
cerradas: horizonte
final. ¿Acaso nada?
Pero quedan los nombres.


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