Qué solos nos dejan
Anduve por lo de Bambi que está medio tristona. No se por qué me acordé de esa tétrica poesía de Bécquer. Recuerdo que la primera vez que la leí fue en una antología de poesía española, un libro de hojas ásperas, amarillento, de la época en que mi madre iba al Liceo de Señoritas. Y yo la leía fascinada, por ese ritmo misterioso y sombrío que tienen sus versos. Posteriormente, en un filme argentino de cuyo nombre no me acuerdo, protagonizado por una muy joven Libertad Lamarque, el poema era una especie de leit motiv y había que verla a la pobre Liber, repetir al son de unas campanas que la ensordecían ¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!.
Todo ello me viene a la memoria en momentos en que pienso que los que quedamos solos somos los que todavía estamos.
Todo ello me viene a la memoria en momentos en que pienso que los que quedamos solos somos los que todavía estamos.
6 comentarios
eMe -
Tomás -
Pero cuando alguien próximo enferma gravemente...
Temo mucho la enfermedad.
eMe -
Batman y Robin -
Robin: Jaaaaaa..ja ja
eMe -
Bambolia -
Los muertos se quedan solos, sin duda. Pero los trocitos que se desprenden de una, sin ni tan siquiera darnos cuenta, son los que más se notan -su ausencia- cuando se echa mano a una expresión, a un gesto, a una forma de sonreir...
Hace tres años escribí un poema sobre este tema -soy bastante recurrente-. A ver si lo encuentro y lo subo a la bitácora.